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Gran Consecuencia — La Industria Cervecera Lucha Por Definir y Ofrecer Justicia a Sobrevivientes de Abusos y Agresiones Sexuales

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Los ánimos comienzan a calmarse luego de la avalancha de historias de acoso sexual discriminación y abuso que comenzó a compartir Brienne Allan, gerente de producción en Notch Brewing, en sus redes sociales a mediados de Mayo. Profesionales prominentes de la industria—que incluyen al CEO de Modern Times Beer, Jacob McKean, El fundador de Tired Hands Brewing Company Jean Broillet IV, y el fundador de Dry & Bitter Brewing Company Søren Wagner—han anunciado sus renuncias o han sido despedidos la semana pasada. Empresas han publicado comunicados. Grupos de la industria cervecera están desarrollando o revisando códigos de conducta. Pero los eventos de las pasadas dos semanas dejan una desagradable mancha que no puede ser borrada fácilmente.

Lo que se ha afianzado en las grietas expuestas de la industria, son cuestiones no resueltas sobre justicia, perdón o reivindicación, y sobre quienes deberían administrarlas. Este mes ha sido difícil obviar las oscuras revelaciones, incluso mientras la industria vuelca su atención a lo próximo por venir, y como mejorar la seguridad de las mujeres y otros grupos marginados.

[Advertencia de contenido: Esta historia incluye discusiones de acoso sexual, agresión y violación.]

El principio de justicia es fundamental para sanar, especialmente para las sobrevivientes de agresiones sexuales. Pero la justicia no es la misma para todas las sobrevivientes. No siempre es legal o punitiva. Un estudio de 2019 basado en el Reino Unido, buscó investigar la compleja manera como las sobrevivientes de agresiones sexuales comprenden la justicia. Las investigadoras Clare McGlynn y Nicole Westmarland de la Universidad Durham encontraron que las sobrevivientes presentan una concepción “caleidoscópica” de la justicia, “en específico, justicia como consecuencias, reconocimiento, dignidad, voz, prevención y conexión.” Algunos defensores de la justicia restaurativa incluso plantean que el diálogo entre una sobreviviente y la persona que le ha hecho daño puede generar perdón y una forma más robusta de justicia. Las consecuencias pueden ser solo una pieza del caleidoscopio. 

“Lo que destaca es el énfasis en complejidad y matices,” escribieron McGlynn y Westmarland en sus hallazgos basados en entrevistas con sobrevivientes de agresiones sexuales, “sobre la variabilidad de intereses de justicia; y sobre el desafío a las presunciones generalizadas que las víctimas buscan justicia personal y desenlaces punitivos.” 

¿Está la industria de la cerveza preparada para comprender esta compleja definición de justicia para aquellos que han sido vulnerados, y luego apuntar individuos como árbitros de esa justicia? ¿Quienes serían tales individuos? ¿Quién estaría calificado para condenar o perdonar al acusado? Las estructuras existentes de la industria—grupos comerciales, asociaciones estatales, organizadores de eventos, clubes poco organizados de hobbies o de consumidores—tienen todos defectos en términos de ser brazos ejecutores de justicia. Muchos no tienen la intención, o la capacidad para actuar en tales roles. De modo más crítico, el sólo foco en la acción disciplinaria deja por fuera otros elementos complejos de la justicia, como la dignidad, voz y prevención.

‘DIRECTAMENTE RESPONSABLE’

Allan dice que las cervecerías son “100% responsables” de investigar alegatos de acoso sexual, discriminación o abusos dentro de sus filas. También confía en que el sistema legal debe imponer consecuencias, considerándolo como un resultado más serio que la pérdida de un puesto de trabajo o reputación por parte del agresor. 

“Una disculpa por Instagram no es suficiente. La “renuncia” de estos dueños de cervecerías no es suficiente,” dice Allan. “Ellos hicieron daño a personas. Ellos violaron. Y son directamente responsables de crear una cultura tóxica que aplaudió esta conducta. Esto es algo serio y va más allá del marketing.” 

De hecho, la imagen de comunidad que a las cervecerías les gusta crear, puede disfrazar una realidad no tan rosa. En un video promocional de 2019 en el sitio de recaudación de fondos públicos llamado Wefunder, el CEO de Modern Times Jacob McKean afirma que la cervecería “realmente ha puesto un enorme valor a la transparencia, honestidad y responsabilidad.” Este mes, numerosas personas describieron a Modern Times como un entorno de trabajo “tóxico” para las mujeres y empleados de color; McKean renunció subsecuentemente a su posición

Pocos observadores de la industria podrían afirmar que las cervecerías han registrado por sí mismas exitosamente investigaciones internas de tales aseveraciones. El departamento de recursos humanos de Boulevard Brewing Company fue criticado a principios de este año por fracasar en tomar acciones frente a incidentes de sexismo y acoso. Luego de minimizar los daños, Boulevard eventualmente se disculpó y contrató a una firma externa de recursos humanos para realizar una investigación independiente.

En efecto, en muchas de las historias de abuso o discriminación compartidas recientemente, la indiferencia o ineptitud de las compañias parece solo comprender el trauma del incidente inicial. Una cervecería que no escucha las preocupaciones de su staff probablemente fracase en proveer una versión meticulosa de justicia a los empleados que han sido vulnerados. Como señaló el escritor Dave Infante a empleados en una crítica a las estructuras de reporte de recursos humanos en su boletín de correo Fingers, “Recursos Humanos existe para servir a los intereses de tu empresa, no los tuyos.”

Escalar una queja a un ente como La Comisión De Igualdad de Oportunidad Laboral (EEOC por sus siglas en inglés) tampoco garantiza un resultado restaurador. Una historia, compartida por una persona anónima en la cuenta de Instagram de Allan @ratmagnet, y publicada el 26 de Mayo, alega agresión por un compañero de trabajo de una cervecería que no ha tomado ninguna acción disciplinaria: “Conversé con el abogado y con la EEOC, quien me ofreció elaborar una demanda. Pero simplemente era más fácil (y mejor para mi salud mental) encontrar una mejor oportunidad de trabajo y dejar eso atrás.”

Para esta persona, la justicia o la sanación no se obtuvo a través del proceso de reporte de la empresa, o a través de acción legal. En este caso, había más seguridad o diligencia en la elección de abandonar la cervecería. Y eso fue restaurador para esa persona, ya sea que se ajuste o no a la comprensión convencional del concepto de justicia en la sociedad. Si una empresa no puede ofrecer consecuencias rigurosas, esta persona concluyó que no sería beneficioso proveer los otros elementos que componen la justicia.

LOS ÁRBITROS

A quienes una comunidad nombra como sus investigadores y árbitros tiene también grandes implicaciones sobre la búsqueda de justicia de los implicados. Debe existir confianza de la comunidad en esas personas o grupos, o de otra manera sus decisiones pueden considerarse insignificantes tanto para las sobrevivientes como  para la comunidad. Es perjudicial para una comunidad ver sus alegatos de abuso minimizados o ignorados.

Allan parece no tener un criterio definido sobre el rol que juegan los grupos comerciales en investigar y disciplinar a profesionales que acosan, discriminan o abusan a otros empleados. Ella dice que las asociaciones de cerveceros pueden “marcar un ejemplo para el resto sobre las consecuencias en la comunidad local.” A pesar de que vinculó el proceso de queja formal del código de conducta de la Brewers Association (BA) en sus historias de Instagram la semana pasada, Allan es ambigua sobre si ese proceso tendrá un efecto adecuado: “La BA puede prevenir que personas reciban premios ... no estoy segura cuanto ayuda eso.” 

Otros comparten su incertidumbre. Como escribió Beth Demmon para GBH, “Si el precedente [de la BA] sirve de algo, esperar que la organización haga cambios significativos en respuesta a las acciones negativas de sus miembros se siente falto de perspectiva.” Si se ha de esperar justicia o consecuencias como resultado de las recientes declaraciones, muchos en la industria no confían que la BA sea el grupo que las administre. En su lugar la BA se ha presentado como un líder en asuntos de independencia y esfuerzos de lobby gubernamental.

En respuesta a la gran cantidad de historias que Allan ha compartido en su Instagram, la BA anunció que formará una coalición con la Master Brewers Association of the Americas, la American Society of Brewing Chemists, el Craft Beer HR Professionals Group, y Pink Boots Society para “explorar como nuestras organizaciones pueden colaborar para proveer los recursos y el apoyo que las empresas e individuos necesitan para crear y mantener una cultura de seguridad, inclusión y equidad.” Es de destacar, que el anuncio de la BA de la semana anterior no mencionó su proceso de presentación de quejas. 

Ese proceso de presentación de quejas, que no existió hasta Agosto de 2020, requiere que sea iniciado por un miembro de la BA. Nació derivado de e imita al proceso de quejas en el código de Marketing y Consultoría, lanzado en 2008. La BA ha declinado varias veces a responder si alguno de sus miembros lo ha usado. Un vocero de la BA dijo a GBH el 24 de Mayo que hasta ahora la organización ha recibido tres quejas formales luego de la publicación de historias en el Instagram de Allan; y no había recibido ninguna queja de código de conducta anteriormente.

Si la revisión de estas quejas por parte de la BA toma los 60 días de período de revisión, entregaría sus resultados sobre estos reportes a mediados de Julio. Tal vez es una espera demasiado larga para emitir una condena o exoneración, especialmente cuando algunas dimisiones y despidos ya han ocurrido. Pero también es una medida de la profundidad que requiere conducir una investigación tan sensible.

El panel de revisión de quejas de la BA está compuesto actualmente por tres expertos externos en justicia social y racial, y de cumplimiento de regulaciones sobre alcohol; las tres son mujeres. Otros grupos comerciales, como asociaciones de cerveceros de carácter estatal o distrital, comentan que no han decidido aún quién debería estar a cargo de esas investigaciones. Adam Harris, director ejecutivo de Brewers of Pennsylvania (BOP), la asociación de cerveceros de ese estado, dice que el grupo está en proceso de desarrollar un código de conducta para sus miembros y determinar quién deberá hacerlo cumplir. Pennsylvania alberga a Tired Hands y Evil Genius Beer Company, dos cervecerías que fueron objeto de numerosos alegatos realizados este mes. (Tired Hands ha dicho que su fundador Jean Broillet IV ha “renunciado” a la cervecería; el co-propietario de Evil Genius Trevor Hayward dimitió a su posición en el directorio de Philly Loves Beer, el cual dirige el Philly Beer Week festival, aunque retiene su posición en Evil Genius.)

“Aún debemos decidir quien adjudicará las violaciones al código de conducta, si será un comité ad hoc de miembros de la asociación, un consejo legal, una firma externa de recursos humanos, o una combinación de los tres,” Harris comentó a GBH vía email. (Cuando GBH solicitó una llamada telefónica con Harris para hacer un seguimiento a estos planes, no respondió.)

Ese silencio es indicativo de la desconexión entre lo que muchos están exigiendo a la industria—liderazgo, responsabilidad, planes concretos—y la realidad que la mayoría de asociaciones cerveceras parecen no estar preparadas para satisfacer esas necesidades. Es palpable la incomodidad de tales grupos de asumir el rol disciplinario o exonerador. 

Sin embargo, para lograr justicia, no es suficiente la existencia de entes investigadores. Los individuos y procesos tienen un impacto real en sí las sobrevivientes pueden encontrar justicia. Investigaciones han demostrado que las sobrevivientes necesitan sentir que sus voces son válidas y parte central de cualquier investigación. Al discutir la importancia de la “voz” en el sentido de justicia de las sobrevivientes, McGlynn y Westmarland notan que el concepto de voz “constituye muestras de ‘respeto’ y de un ‘diálogo’ respetuoso entre las víctimas y los oficiales de justicia, así como su influencia en la toma de decisiones.” 

Un sentido de indefensión sobre una historia individual generalmente no beneficia la sanación de una sobreviviente. Entregar la historia a un ente investigador, sin una supervisión constante sobre la manera como se conduce la investigación, puede generar ansiedad y dudas en las sobrevivientes de agresión o acoso en el caso que deseen hacer públicos sus testimonios. 

El hecho que profesionales de la industria eligieran compartir sus historias a través de Instagram y los medios, en lugar de a través de los canales oficiales, es revelador. Si no ven a los entes reguladores como árbitros confiables de sus historias, probablemente busquen justicia por otros caminos—si no es que en ninguno. Compartir sus historias en solidaridad con otros puede parecer la medida más asequible de justicia.

HACIA ADELANTE, POR EL PASADO

La comprensión convencional de justicia está con frecuencia orientada hacia el pasado. Se busca restaurar algo que ha sido robado o dañado. Pero un asunto importante surge en la investigación sobre la justicia caleidoscópica en casos de acoso sexual, es una forma de justicia orientada hacia adelante: La prevención como forma de justicia. 

“Pienso que la única manera en la que se puede hacer justicia es que la violencia sexual no suceda en realidad. Es la única justicia que puedo ver en un sentido general,” comentó una sobreviviente a McGlynn y Westmarland. 

Este componente de justicia demanda que la industria cervecera no sólo persiga consecuencias en casos pasados de abuso, sino que alquimice el dolor y lecciones de las víctimas y lo transforme en un futuro mejor y más seguro. Esto beneficia no solo a futuros empleados, sino también a las sobrevivientes. Las historias compartidas con McGlynn y Westmarland indican que un cambio en la cultura para reducir el riesgo de acoso o abuso basado en el género realmente contribuye a la sanación de las víctimas. 

Una sobreviviente contó a las investigadoras que “se sentiría mejor si supiera que de alguna manera se está trabajando en las causas” y no sólo reaccionar a incidentes individuales de conductas inapropiadas, a lo cual se refiere como “combatir el fuego.” 

Si bien la prevención es una tarea distinta y en muchos casos más desafiante que el castigo retroactivo, también es un enfoque esperanzador. Ofrece el potencial de hacer justicia a la víctima y consigue el objetivo de prevenir futuros casos de abuso o acoso. Está abierta a la colaboración y esfuerzo comunal. Esto podría impulsar los esfuerzos de la industria cervecera hacia albergar una comunidad segura, igualitaria e inclusiva—no solo para los individuos que están por formar parte, sino proveer justicia para quienes ya han sido afectados.

Textos, Kate Bernot Language